El anillo
Esta estructura se forma en el pie, a partir de los restos del velo parcial que recubre las laminillas cuando el sombrero aún no se ha abierto.
No todas las especies tienen anillo y las que lo poseen no siempre lo conservan. Debido a esto, no es seguro determinar una especie basándonos solo en la presencia o ausencia del anillo.
Su ubicación, forma y textura son caracteres propios de cada especie. El anillo de las amanitas, por ejemplo, es frágil y cuelga en el pie a modo de pollera. En otras especies, el anillo forma un disco rígido, persistente, y en otras se desprende a tal punto que puede deslizarse por el pie (anillo móvil). Cuando se ubica alto, cerca del himenio, se denomina «súpero», mientras que si se sitúa cerca de la base, se llama «ínfero». Sea cual sea su ubicación en el pie y, por estar debajo del himenio, el anillo recibe la lluvia de esporas y con frecuencia se tiñé del color de éstas. Por esta razón, el anillo de los gimnopilos (el hongo de eucalipto) adquiere un color ferrugíneo característico.