Entre las primeras fotografías sobresalen varias tomas, en distintas condiciones de iluminación, de uno de los principales Bulevares de París, en las que queda en evidencia una de las más importantes limitaciones de la técnica en sus orígenes: los largos tiempos de exposición que, dependiendo de la época del año y la calidad de la luz, podían ir de cuatro a setenta minutos e impedían captar elementos que estuvieran en movimiento. Esto explica que una de las calles más transitadas de la capital francesa figure desierta. Únicamente pueden verse en la esquina del Bulevar un lustrabotas y su cliente que permanecieron prácticamente inmóviles durante los diez minutos que duró esta exposición.