“Yo estoy en Santiago Vázquez desde el año
1961, poco después de que sacaron el Hotel de la Barra.
Nos mudamos con mi marido en ese entonces, a raíz de una oferta de este terreno, que apareció en un diario.
Desde el año 1945, yo trabajaba en una fábrica de textiles, que primero fue de Marcelino y Juan Pedro Secco, por Nuevo París. Ahí hacía trabajo domiciliario.
La Barra, en aquel entonces, era una belleza. La pena es que se cerró el Hotel, que era la vida del pueblo. Con los camioneros nomás se mantenía el invierno y venían incluso novios a pasar las lunas de
miel.
A la entrada, donde está la Biblioteca, había una glicina que era algo maravilloso y unos rosedales preciosos, que no sé para qué los sacaron si la ruta pasó por atrás. Los domingos era una fiesta ahí en la plaza.
A las cinco venía la Banda Municipal y bailaba todo el mundo. Entre ellos había un español, Carrica, que se hacía unos suecos como los holandeses y bailaba la jota española. Ahora es una lástima, esta todo tirado.
El río era precioso, se hacían unas fiestas hermosas donde venía incluso el Club del Clan, pero a partir de la contaminación de la ISUSA ya no se puede ni bañar.
También fui socia fundadora y cobradora del Teatro de Barrio, que estuvo donde ahora está Casa Pueblo, más o menos por el año 1965 o 1966. Ahí colaboré junto a Chola Barrios y Manuel Quintana, dos personas que hicieron mucho por La Barra.”
Entrevista / 13 de enero de 2005