De bañistas y trabajadores. El barrio Capurro en el 900

Hacia mediados de siglo XIX, la playa Capurro era muy frecuentada por bañistas provenientes de zonas cercanas. Al estar resguardada de los vientos y por sus aguas limpias, era considerada la mejor de la bahía. Cuando en 1870 llegó el tranvía de caballos a la zona, la playa se hizo más popular y comenzó a ser visitada por público proveniente de diferentes partes de la ciudad. 

En 1900 se colocaron las primeras instalaciones balnearias en la playa junto con una gran terraza que se internaba en el agua. En 1910, la sociedad tranviaria La Transatlántica impulsó la creación del parque Capurro, contiguo al balneario, inspirado en los grandes centros balnearios europeos. El parque contó con diversas áreas y elementos destinados a la recreación y el entretenimiento. Además, su construcción promovió el desarrollo urbano de la zona gracias a las inversiones en diversos campos de actividad.

A finales del siglo XIX las nuevas industrias tendieron a instalarse en “áreas exteriores” de la ciudad. En ese contexto, en Capurro y en la franja aledaña a la bahía se establecieron principalmente las industrias de alimentos y lanera. A su vez, los elevados costos de los tranvías y la explosión demográfica de la ciudad generaron un importante aumento en la población y en el desarrollo urbano de la zona, debido a la predilección de los sectores populares por vivir cerca de sus lugares de trabajo.

El barrio Capurro se desarrolló con dualidad de roles: por un lado funcionó como espacio de recreación y encuentro de la sociedad montevideana, y por el otro como área industrial de establecimiento de los sectores trabajadores.

Esta muestra reúne fotografías pertenecientes al grupo de series históricas del archivo del Centro de Fotografía, que registran algunos aspectos que caracterizaron al barrio Capurro y sus alrededores desde finales del siglo XIX hasta los años treinta del siglo XX.