Cuerpas reales, Hinchas reales

Cuerpas reales, Hinchas reales

Madre de Plaza de Mayo, línea fundadora, y la hincha número uno del Norita Fútbol Club, un equipo feminista de la ciudad de Buenos Aires integrado por un colectivo de mujeres que pisan las canchas como un acto político.
Nació con la camiseta de Nacional puesta, ambos padres del tricolor, lo vio campeón por primera vez con meses. «Soy hincha del Nacional porque así lo siento».
En 2016 se unieron y organizaron actividades de recaudación de fondos para su querido club. Más tarde, se involucraron en su vida política y fundaron el fútbol fe- menino. Hoy se encargan de la dirigencia y organización. De nen al club como su lugar en el mundo, allí donde son felices.
Bochó la por más de quince años en el club del mil rayitas, empleada doméstica, madre y abuela.
Ellas son madrina y ahijada. Adriana es auxiliar en una casa de repuestos automotrices, Fiorella es administrativa. Ambas son de Ciudad del Plata, tierras del departamento de San José.
Se crió en el seno de un hogar futbolero. A los 12 años sus padres la apartaron de los estudios para que ayudara con las tareas hogareñas. Aun así, en épocas en que el fútbol no era común entre las mujeres, y a pesar de la oposición de su madre, sus tardes sabatinas estaban destinadas a recorrer —junto a su padre— diversos estadios para acompañar a su querido Almagro.
Dos velezanas históricas. Cecilia es diseñadora grá ca y profesora de folklore del Departamento de Cultura del Club Atlético Vélez Sarsfield. Juntas participan de las peñas folklóricas «Dos palomitas». Son del barrio de Liniers y viven en una casa llena de recuerdos, de historia y de trabajo en el club.
Es recreadora, egresada de la Universidad del Trabajo del Uruguay, pero trabaja en una quinta. También juega al fútbol. Su padre y sus tíos jugaban en el Estrella, por eso todos los domingos a la tarde iban a la cancha. Era el único entretenimiento que había. Cuando salieron campeones, hace veinte años, ella y su abuela aparecieron en la foto.
Nació con una enfermedad que se llama epidermólisis bullosa distrófica, más conocida como «piel de cristal». A los 14 años estuvo internada durante tres meses con gran parte de su cuerpo vendado. Durante ese tiempo, un jugador de Talleres, amigo de la familia, la cuidó y acompañó. Juli, que había nacido en el seno de una familia hincha del equipo rival, decidió a partir de ese día llevar la azul y blanca, al igual que su ángel de la guarda.
Hinchas embajadoras, pertenecen a La Curva, una de las agrupaciones que conforman la barra de la Blue Rain del Club de Millonarios, de Bogotá. Adriana es contadora y Juana sueña con ser abogada. Juntas van a todos los partidos de local y dicen que el equipo, más que su amor, es su forma de vivir la vida.
Estudiante de la Licenciatura en Trabajo Social (unlp). Tiene 23 años y Gimnasia es su identidad. Son los valores e ideales por los que milita («Es la bandera que llevo en el corazón y en la piel»), porque, si de algo está segura, para siempre, es de Gimnasia.
Nacieron en Tucumán y llegaron en el 82 a Salta, donde cada una formó su familia. Se convirtieron en hinchas del Santo. Son dueñas de una completa colección de camisetas que fueron atesorando durante sus 44 años de amor por el club. También, de una de las banderas más emblemáticas de la hinchada, cuyo lema es: «Juventud, por vos respiro», que sintetiza perfectamente lo que es el equipo para ellas: «Juventud es todo para nosotras, es nuestra vida».
Luchadora social e hincha de la U de toda la vida. Creadora de la olla común Lo Hermida Activa y Combativa. Su vida está marcada por hechos fuertes. Su hermano fue asesinado en su propia casa por barristas del clásico rival, cuando ella era muy joven. Su hijo, víctima de una «bala loca», quedó parapléjico y a su cuidado. En su juventud se dedicó a la prostitución. Reconoce con orgullo su vida.
Norma hace 48 años que es hincha del Mate. Siempre fue a verlo de local o visitante y ahora lo escucha por radio. Anisa es profesora de Bellas Artes y ya iba a la cancha en la panza de su mamá. Dos mujeres, una sola pasión: el Club Argentino de Quilmes, el Mate, primer club criollo.
Para todo el barrio de Capurro es la Chola. Tiene 85 años y es hincha de Fénix desde que tiene memoria. Fue operaria en un laboratorio, donde envasaba sueros. Tiene dos hijos, nietos y bisnietos y, por supuesto, los hizo hinchas. Cuando se juega en la cancha local, ¡no falta nunca!
Ingresó como jugadora en 1997. Actualmente es entrenadora de las divisiones inferiores. Alrededor de ella, las jugadoras que entrenan para formar parte del plantel femenino de mayores del club.
Nació y vive en Merlo Norte. Desde muy chiquita comenzó a ir a la cancha con su papá, de quien heredó el amor por estos colores. Hoy, con sus 19 años, sabe que es mucho más que un fanatismo por el club. Es un lugar de encuentro y disfrute con familia y amigues. Es su segunda casa.
Vive en Virreyes, San Fernando, provincia de Buenos Aires y tiene 84 años. Se define como peronista de Perón y, casualidad o causalidad, su identidad está marcada por Racing Club, cuya cancha lleva el nombre del general. Lleva de la mano ambas pasiones desde que tiene recuerdos. En el momento en que la foto fue tomada, María no conocía la cancha. Un año después pudo cumplir su sueño. Cuando ingresó al estadio, entre lágrimas dijo: «Llevo en mis oídos la más maravillosa música».
Madre, hincha, trabajadora y militante feminista. Integrante de Mujeres- CAT y de la murga Los Pitucos de 25.
Su pasión por el fútbol comenzó cuando eran niñas y las llevó hasta el Club Atlético Belgrano, del que son hinchas. Compartieron cancha como jugadoras desde 2005 y durante más de una década, cuando la disciplina daba sus primeros pasos.
Ramona vive junto a su hija Milagros en el barrio Villa Hudson, Florencio Varela, en el conurbano bonaerense. Ambas comparten su pasión futbolera y juegan en el equipo Las de Siempre. Sus entrenamientos y partidos son en el potrero del barrio.
Nació y se crio en Paternal. Es cuerva desde la cuna y es conocida por todxs lxs hincha. Siempre lleva alguna insignia azulgrana. San Lorenzo es su punto de partida e indudablemente la identifica. Concentra características que hacen al arquetipo del sanlorencista: fiel, ingeniosa, popular, alegre, apasionada y agitadora.
Tiene 58 años y desde los cuatro está en ese local de la avenida Santa Fe, frente a la cancha de Los Andes. A mediados de los 60 ese local era de la pizzería de sus padres, donde se hacían las previas de los partidos. Hace 26 años se transformó en el kiosco de Mari y la mística aún perdura. Son muchas las generaciones lomenses que han pasado por ahí a lo largo de 54 años.
Doña Aurora, junto a su estampita y bandera, que tantas veces la encontraron detrás del arco local. Ahí donde se reunían las madres que formaron la primera Comisión de Mujeres de la Villa. La acompañan sus hijas, nuera, nietas, sobrinas y ahijadas. Tres generaciones unidas por los colores y la pasión que caracterizan al bajo salteño.
Hincha de nacimiento, fanática de Estudiantes. Tiene tres nenes, es no vidente y trabaja como telefonista en el hospital San Juan de Dios. Disfruta de ir a la cancha, de escuchar y sentir el partido.
Pionera del fútbol femenino y fanática de Independiente. De piba llegó a disfrazarse de varón para poder jugar. Fue la futbolista más joven convocada para el Mundial de México, pero su familia no la dejó ir. Actualmente es entrenadora del C. S. y D. Estrella de Luján (Lanús). Promete que va a jugar al fútbol «hasta que Dios diga basta».
Hincha de San Martín de Tucumán y militante de derechos humanos, heredera de una lucha social incansable contra el imperialismo y el fascismo. Hija de Tincho, desaparecido en la última dictadura militar argentina. Integrante de Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio.
Médica sexóloga, santafesina, militante incansable de la visibilidad lésbica y los derechos LGBTQ+. Apasionada del fútbol, tatengue de festejo parrillero, camiseta siempre puesta, sin Dios, dt ni patrón.
Enfermera, 28 años, trabaja en toda la región de Cusco, apasionada hincha del Cienciano desde hace once años. Cada domingo desde casa o en el estadio alienta los partidos del equipo de sus amores. Su inmenso corazón rojo ha luchado durante esta terrible pandemia en la primera línea de atención a los pacientes afectados por covid-19.
Hincha ferviente, fanática del Club Deportivo Morón. Alienta, se enoja, acompaña desde la tribuna. Lleva en alto la bandera de justicia de Mariano Guaraz, asesinado por la Policía en su primer partido en una cancha visitante. Ana María es defensora del fútbol, pero, sobre todo, es defensora de la vida y de la vuelta de las familias a las canchas.
Tiene 98 años y es hincha del club desde que nació, ya que su padre, Pascual Laborde, fue el fundador y primer presidente del Club Atlético de Trenque Lauquen, más conocido como el Parque.
Integrantes de la murga Los Dioses de La Paternal, que rinde homenaje a Diego Armando Maradona en el santuario construido en el estadio de AAAJ luego de su muerte.
Juliense de nacimiento. Fanática del 9 por demás; lleva sus colores a todos lados, también en la piel. Siente sus colores como su vida misma. Atesora camisetas, revistas, recortes de diarios, objetos decorativos y más... En su casa, y en su kiosco, se respira el rojo y blanco, el león, el 9 de Julio.
Miembro del Área de Género de Instituto, integrante de Fundación Amazonas y de la Asociación Civil Corazones Empáticos. «Instituto es parte de mi vida desde que tengo memoria, siempre ha sido compartido en familia. La enfermedad me alejó un tiempo, pero poder volver sana y siendo parte del Área de Género es un orgullo y un honor».
Las integrantes del Club de Fútbol Deportivo Central Huilloc posan por primera vez para una foto grupal en la comunidad indígena quechua de Huilloc, a 4000 m.s.n.m, donde el fútbol femenino se juega con pasión, sin importar las inclemencias del clima y lugar.
Amantes de Progreso, han formado parte de diferentes comisiones desde muy jóvenes. Empezaron como madres del baby fútbol, siempre vinculadas al comedor infantil. Progreso es un club de barrio con enorme compromiso social, una gran familia: se cuidan, se acompañan. «Las mujeres de atrás del arco» son reconocidas por su dedicación al club y a su gente.
Familia afrodescendiente entregada a la pasión del fútbol, especialmente Mía, quien es jugadora profesional del Club Espuce de Quito. Sueña no solo con jugar para la gran liga, sino también con que el fútbol femenino en Ecuador lleve más hinchas a los estadios. Sus sueños están anclados en el empoderamiento y en las ganas de triunfar en un deporte de hombres.
Fotógrafa y activista ecuatoriana. El cariño por el equipo se inicia cuando su abuelo César, profesor de cálculo en la Universidad Central, dictaba clase a los primeros jugadores de la Liga Deportiva Universitaria de Quito. Entonces él llevaba a su padre Marcelo a los partidos y, a su vez, su padre la llevaba a ella. Una historia familiar que se convirtió en tradición.
Carbonera y apasionada del fútbol. Trabaja en una librería de Tristán Narvaja y vive sola con sus tres perros en Barrio Sur. Aún no ha logrado volver al estadio desde su cambio de género, hace ya siete años. Sin embargo, no ha dejado de sentir la misma pasión que siente desde el día uno. Para ella, Peñarol es mucho más que un cuadro. Es una especie de abrazo cálido que siempre va a estar.
La Juana es hincha de Rosario Central. Tiene 89 años y es una persona icónica del predio del club el Caribe Canalla. A su amor por Central se lo contagió su hermano Carlos, quien era trabajador ferroviario (oficio que primaba entre los fundadores del club). Y es por ella que su familia eligió los mismos colores.
Apasionada del fútbol, hincha rayada. Es periodista y activista contra la homofobia en el deporte. También colabora con el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT+. Primera mujer trans en ser regidora del Ayuntamiento de Monterrey, en Nuevo León, México.
La Chiqui”. Ama de casa, madre, abuela, bisabuela, viuda de un jugador referente del club del barrio. Hincha solidaria e incondicional.
Marina Azcárraga, hincha y dirigente de The Strongest, dejó esta tierra hace 33 años; 33 es el número de la muerte y resurrección para la cábala. Ella ha resucitado en el espíritu aguerrido de Katherine Gallardo, quien la considera referente de las warmis (mujeres) hinchas, una luz que aún brilla como el oro a pesar de la oscuridad. Es el ajayu (alma) aurinegro. En tiempos de muerte, la celebración de un gol es la revolución de la vida.
Un sentimiento que atraviesa a tres generaciones de Jáuregui, Buenos Aires. La pasión por el club comienza en las tribunas y se transforma. Es la tercera generación ocupando la cancha y llevando la camiseta como bandera. Tres mujeres con dentes, compañeras que comparten sus días con Flandria en la piel.
Ariadne tiene 12 años y desde los 6 juega al fútbol, un deporte que la apasiona desde bien pequeña. Nunca ha pensado que el fútbol tuviese género. Le encantaría ser futbolista profesional, siempre y cuando pudiera vivir de ello. De momento, los salarios en el fútbol femenino no son como en el masculino.
Cada domingo antes de armar el tablón de la olla popular en la vereda de Carlos F. Melo y Cerri, en pleno corazón de La Boca, Cristina se ocupa de un ritual: colgar la bandera xeneize de varios metros de largo que cosió a mano. El encuentro es sostenido a pulmón junto a su banda de percusión Ritmo Xeneize y amadrinado por Chu Cossar, la gran referente de Madeleine que también juega al vóley. Junto a su mamá son las más famosas en la hinchada de Las Guerreras. El barrio, la calle y el carnaval. Se escucha por ahí que Cristina no es bostera, es Boca.
Pequeña gran fanática de Atlanta e integrante de la murga Los Maniáticos de Villa Crespo. Va siempre a la cancha a alentar al bohemio, incluso desde que estaba en la panza de su mamá. De ella heredó su pasión por los colores. En la cancha disfruta del fútbol y de sus amigues.
Desde la ciudad de Lugano, corazón de los y las hinchas del Torito, del «verdadero gigante». Fiel seguidora, hincha y amante de sus colores. Los lleva en su piel y alma. Es dueña de su propio museo de Chicago, su casa lo es. La pasión por sus colores es el motor de su día a día.
Es artista plástica. En 2018 Banfield eligió su obra para una exposición de afa. En 2019, su lienzo se hizo mural en la esquina de Pueyrredón y Cabrera. Desde pequeña soñó llegar lejos con el deporte, jamás hubiera imaginado que sería a través del arte. La mayor parte de sus logros artísticos tuvieron que ver con Banfield.
Aylin y Cony, Los Reverdes, Sally, Marta, Evelyn, María, Tere, Marcela, Daniela, Rita, Ruth, Marcia, Margarita, Saida. Las Huracán Verde y Las Malportadas, cuya alma hoy está con Marta y su lucha contra el cáncer, alentando desde galería. Cerro Playa Ancha, Valparaíso.
Tiene 27 años y es hincha del Club Ferro Carril Oeste. Entrena boxeo desde 2018 y en 2021 se graduó de instructora de kick boxing. Sus primeras clases como instructora fueron en Ferro. Actualmente entrena en otro dojo a un grupo femenino, pero piensa a futuro grupos mixtos.
Ellas son Vanina, Evelin y Ayelén Pestaña, Victoria y Ludmila Romano, Candela Coliqueo, Zoe Dolman, Nicole Pumahuecre, Macarena Santander. Conforman una familia defensista muy unida, «porque Defensa es familia». Las Pibas del Veinte son un grupo de chicas que recuperaron un campito y lo convirtieron en una canchita donde juegan y entrenan.
Cumplió 90 años. Es la socia n.° 24 de Villa Mitre de Bahía Blanca. Festejó con la camiseta puesta.
Hincha del Defensor Sporting Club desde el año 90. Desde entonces forma parte de la barra brava y es la única mujer del grupo. Expresa que la respetan como a una madre. Es allí donde comparte el sentimiento y amor de hacer parte de la familia violeta.
Aló fue la primera en responder la convocatoria, motivada por la propuesta disruptiva y por la posibilidad de ser protagonista y mostrar orgullosa su cuerpa granate. Abrió su casa en Monte Chingolo, Lanús, para posar con sus dos compañeras en la vida y en la cancha, Mirta y Daniela.
Desde la primera vez que fue a la cancha, a los 17, el amor inexplicable que sintió no la dejó. Cuando estaban en primera, organizaba el recibimiento de los jugadores con papelitos, globos y bengalas de humo. Durante varios años, entrenó con el equipo de roller derby y boxeo. Hoy, participa de la comisión de género, de derechos humanos y de la asamblea de representantes.
Paola, Karina, Valeria, Susana y Valentina. Del barrio 20 de febrero. Tienen su tribuna registrada en la cancha para ellas. Y tienen miles de historias y viajes con Central.
Hincha de Platense desde los 15 años gracias a su novio de entonces, quien se convirtió luego en marido y cuyas cenizas descansan en el estadio de Vicente López. Ahora, a los 73, disfruta de la vuelta a primera junto a toda su familia, que la acompaña en la pasión calamar como un legado de resistencia y alegría.
Hincha de Platense desde los 15 años gracias a su novio de entonces, quien se convirtió luego en marido y cuyas cenizas descansan en el estadio de Vicente López. Ahora, a los 73, disfruta de la vuelta a primera junto a toda su familia, que la acompaña en la pasión calamar como un legado de resistencia y alegría.
Colocolina de corazón, participa en la organización Antifascistas de la Garra Blanca y en Colectiva de Colocolinas Irene Velásquez. Para ella Colo-Colo es más que 90 minutos de fútbol, es el equipo de los barrios populares, de la clase trabajadora, es familia, amigos, amor, red de apoyo, es la identidad del pueblo. Colo-Colo es razón de vida.
Su amor por el Tino nació hace más de 30 años, los mismos que lleva trabajando por la educación de niñas y niños. Actualmente trabaja como educadora social en una casa de reinserción educativa, donde entregan herramientas pedagógicas y psicosociales a niños, niñas y adolescentes que han sido segregados del sistema escolar tradicional.
Abuela, madre y nieta de una familia como tantas, como la tuya o la mía, hinchas de Wanderers, lo traen en su adn. Lucía dice que ser de Wanderers es ser familia. «Familia compartida, unos más distantes, otros más cercanos, los hay apasionados y otros más tranquilos, cada uno a su manera, pero todos sufriendo y gozando en la cancha cada fin de semana».
Hincha del Albo y gran luchadora. All Boys fue el primer espacio de inclusión social luego de su accidente. Encontró la contención, el apoyo y el amor de su familia blanquinegra. Su pasión, fuerza y perseverancia le permitieron terminar sus estudios en el CENS del estadio Islas Malvinas.
Política uruguaya frenteamplista perteneciente al Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Fue presa política, vicepresidenta de la República y se desempeñó como senadora y diputada durante 17 años. Hincha de Danubio por herencia materna, legado que decidió continuar. «Siempre me gustaron los cuadros con impronta fuerte de barrio, porque estoy convencida de la importancia que tiene la acción social que genera un club, aunque no se vea tanto como los goles».
Hermanas e hinchas de Estudiantes desde chicas. Ambas estudian en la universidad y forman parte de la Subcomisión de Mujeres de Estudiantes.
Conocida como Dudu Galo Doido, tiene 74 años y 46 tatuajes de Atlético en su cuerpo. Comenzó a tatuarse después de la muerte de su esposo, quien no le permitió hacerse tatuajes ni ser una hincha apasionada.
María, maquilladora y estilista profesional, hincha del Melgar desde que nació, al igual que toda la familia. En esta ocasión, mezcla sus dos pasiones, el maquillaje y el fútbol. Su mamá, Mary Gutiérrez, chef de profesión, es su mejor ejemplo de la fuerza y el coraje para salir adelante.
Hincha sanguínea de Colón. Luchadora contra la homofobia en el deporte y por la paridad de género en los clubes. Impulsora de la primera marcha del orgullo LGBTIQ+ en Santa Fe y activista contra la trata de personas.
Renata es jugadora en las minis de La Nuestra Fútbol Feminista. Nos abrió las puertas de su casa, en el Barrio 31, con la colección familiar de camisetas y sus pequeñas mascotas. Madre e hija palpitan la misma pasión, empujan por un fútbol inclusivo y sueñan con el día en que puedan abrazarse en un grito de gol en el Monumental.
A Nega es paulista, nacida en un hogar Palmeirense. Se apasionó por el Corinthians en 2009, cuando el equipo perdió la categoría y llegó Ronaldo. Es madre artesana, canabista, doula, cantora de reggae y sambas. Apasionada por la danza, participó en la Escuela de Samba de São Bernardo do Campo (São Tomé das Letras, Minas Gerais).
Pionera del fútbol femenino en el sur de Córdoba. Presidenta del Club Recreativo Confraternidad, del cual lleva con orgullo sus colores.
83 años. Hincha de Patronato de Paraná desde los 11 años. Aún sigue yendo a la cancha con su nieto Jeremías, quien la ayuda con la radio portátil con la que escucha el partido.
Hincha de Laferrere, punk y una enamorada del barrio en el que creció. Siente que Lafe es su lugar de pertenencia y se identifica con orgullo cuando les dicen «los villeros». Su objetivo es visibilizarse en el club, en el barrio y en la cancha como disidencia.
Vive en Villa Hudson Florencio Varela, en el conurbano bonaerense, Argentina. Juega al fútbol desde muy pequeña. Actualmente es capitana del equipo de fútbol femenino Las Chirus, un equipo que juega en el potrero del barrio.
Profesora de Boxeo, conoció a Defensores por el barrio y lo primero que le llamó la atención fueron los colores. A los 11 años fue por primera vez a la cancha contra Platense, que ganaron 3 a 0. A partir de ahí no dejó nunca de ir. Defe es su pasión para toda la vida.
Hincha de Deportivo Jacobacci, jugadora del equipo de fútbol femenino San José. Arbitra partidos en los torneos barriales. Forma parte de espacios de organización del pueblo mapuche-tehuelche de Río Negro. Se expresa en su lengua originaria y vive conectada a su cosmovisión y al territorio.
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Descripción

 

La muestra busca visibilizar y dar relevancia a las mujeres y disidencias hinchas de clubes de fútbol y contribuir a la construcción del fútbol como un espacio abierto, libre de violencia e inclusivo. Se propone reflejar diferentes generaciones, luchas sociales y cuerpos que cuestionen los modelos de representación hegemónica de las mujeres.

 

Recorrer la muestra es poner el foco en el amor, en la pasión, en las mujeres y en las disidencias, reflejando la diversidad cultural y las distintas generaciones que cuestionan el modelo de la representación masculina en el fútbol. 

 

Esta colección fotográfica documental nos hace olvidar la cámara que registra. Nos sentimos adentro de cada casa, en sus comedores, sus dormitorios, sus patios; la intimidad se expresa en voz alta a través de cada retrato, el vínculo entre fotógrafas y fotografiadas es profundo, es inherente a la historia misma que se contará, con el deseo en común de hacerse visible. Entonces, cada contexto se llena de signicados y desarrolla un relato. 

 

Las fotografías nos emocionan y nos transforman reflexivamente con cada historia, allí donde las cuerpas reales, son hinchas reales. 

 

Andrea Chame 

 


 

Cuerpas reales, hinchas reales es un colectivo fotográfico documental iberoamericano, feminista y autogestivo que funciona desde 2020. Fue creado y es dirigido por la fotógrafa argentina Érica Voget. El colectivo está integrado por 77 fotógrafas de diez países. Cada una representa a un club de fútbol.

 

Fecha

  • Desde el 03/12/2022 hasta el 06/02/2023

 

Autores

  • Cuerpas reales, hinchas reales 

 

Sala

Fotogalería Prado

  • Pasaje Clara Silva esquina Av. Delmira Agustini (próximo a la Rosaleda)
  • Acceso las 24 h

 

Fecha

  • Desde el 03/12/2022 hasta el 06/02/2023 en Fotogalería Prado
  • Desde el 10/06/2023 hasta el 14/08/2023 en Fotogalería Goes

Datos Técnicos

 

Convocatorias

El Centro de Fotografía realiza anualmente convocatorias abiertas para editar libros y exponer muestras fotográficas en los diferentes espacios que gestiona, a partir de las propuestas de autores uruguayos y residentes en Latinoamérica. Los trabajos son elegidos por un comité de selección externo al CdF que cambia año a año.

Las bases de todos los llamados puede consultarse en la página de convocatorias.

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