
Pierre tenía una clienta que iba a canjear revistas. Un día la señora fue con sus dos hijos, un varoncito en el coche y una niña un poco más grande.
Puso las revistas sobre la mesa y se fue al puesto de al lado, dejando a los chicos con Pierre. El chiquito estaba con frío, incómodo, empezó a moverse en el coche, hasta que su pancita “explotó”: se hizo caca y empezó a orinar hacia las piernas de los clientes.
Llegó su mamá, tomó a los niños, las revistas y se fue.
A Pierre le tocó limpiar todo.
Hoy lo recuerda y se ríe (pero en su momento no le causó gracia alguna).
Laura D'Andrea
Laura D'Andrea
Contemporánea