
Cada domingo antes de armar el tablón de la olla popular en la vereda de Carlos F. Melo y Cerri, en pleno corazón de La Boca, Cristina se ocupa de un ritual: colgar la bandera xeneize de varios metros de largo que cosió a mano. El encuentro es sostenido a pulmón junto a su banda de percusión Ritmo Xeneize y amadrinado por Chu Cossar, la gran referente de Madeleine que también juega al vóley. Junto a su mamá son las más famosas en la hinchada de Las Guerreras. El barrio, la calle y el carnaval. Se escucha por ahí que Cristina no es bostera, es Boca.