La cámara oscura es un instrumento óptico utilizado para generar imágenes bidimensionales de la realidad visible. Este instrumento aprovecha la propiedad de la luz de propagarse en línea recta, haciendo que los rayos que se reflejan en los objetos ubicados en el exterior, ingresen a la cámara por un orificio, proyectándose en una superficie opuesta, y generando allí una
imagen de la realidad exterior invertida.
La cámara oscura ya había sido mencionada por Aristóteles en el siglo IV antes de Cristo, quien la consideraba útil para la observación astronómica. La cámara tenía entonces el tamaño de una habitación que contaba con un orificio por el que se proyectaba la luz exterior en una pared opuesta. A partir del siglo XI comenzó a aludirse a su uso científico, y en el Renacimiento se la adoptó como instrumento para facilitar el dibujo. En el siglo XVII la cámara oscura se hizo portátil, convirtiéndose en una caja similar a las que serían las primeras cámaras fotográficas y o el fisionotrazo, en aras de lograr un mecanismo de apoyo a la representación pictórica, que facilitara un mayor realismo y rapidez en la ejecución de dibujos y pinturas. A la llegada del daguerrotipo al Uruguay, la cámara oscura era un instrumento se utilizaba, junto a otros instrumentos como la cámara lúcida conocido y utilizado por artistas plásticos en el país.