A diferencia de los retratos de la primera época, en que se aplicaban los mismos estándares de representación para niños y adultos, en los últimos años del siglo XIX la adopción de negativos más sensibles fue decisiva para que las imágenes fotográficas de la niñez comenzaran a reflejar su singularidad a través de signos y elementos específicos, lo cual se expresó a través de las poses más relajadas y asociadas al juego y el empleo de accesorios ornamentales acorde a su edad.

Adriana Montero Bustamante, década de 1880 (aprox.). Autor: fotógrafos de Fotografía La Paz. MHN/CI, caja 122, foto 103.
11 x 16,5 cm
Albúmina
Histórica