Catalina Mellis de O’Neill, año 1852. Autor: s.d. MHN/CI, no4.
11 x 13 cm
Daguerrotipo
Histórica

La preparación de una imagen al daguerrotipo era un procedimiento artesanal que requería práctica y precisión. Entre otras cosas era necesario manipular sustancias como el mercurio o el cloruro de iodo y de oro, de alto costo y en algunos casos tóxicas. Con estas sustancias se generaban reacciones químicas, mediante procedimientos que debían ser realizados en penumbra y exigían un cierto grado de destreza manual. Una vez que estaba terminado el proceso, la imagen emergía claramente visible de una sóla vez. Todos estos elementos colaboraban con que el público relacionara al daguerrotipo con lo maravilloso y con la alquimia. Además, pronto se advirtió que para mantenerse en buenas condiciones de conservación debía ser montado en un estuche o marco con una estructura de protección de vidrio y metal que lo sellara y lo aislara del ambiente, elementos que colaboraban en convertirlo en un objeto de lujo. La práctica fotgráfica se transmitía personalmente o se aprendía por medio de manuales, y no tardó en convertirse en una alternativa laboral, especialmente en el campo del retrato. Fue el abate Comte, durante su permanencia en Montevideo, el primero en ofrecer cámaras en venta a la vez que sus servicios como fotógrafo.

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