
Ellos veneran al Padre Cícero, no ven televisión, sobreviven de limosna y son célibes. Así es la hermandad Ave de Jesús, en la que todos los hombres son José; y todas las mujeres, María. En su cotidiano, marcado por penitencias, el grupo se prepara para el final de los tiempos y reza sin parar por las almas pecadoras y por los dolores de la humanidad. Ellos creen que el fin del mundo comenzará en Juazeiro. Ceará, 2002.