A las piñas en paz. El club de boxeo de Jerusalen

En un estacionamiento del humilde barrio de Katamonim en Jerusalén un pequeño cartel pegado en la puerta de un refugio anti bombas anuncia la existencia del club de boxeo de Jerusalén. “Cualquiera puede ser boxeador, venga a aprender y a entrenar boxeo” dice el cartel.

No todos en el barrio conocen la existencia del club por lo que llegar por primera vez es toda una hazaña.

Mientras se baja por las oscuras escaleras del refugio las voces que llegan confunden, y tras bajar unos escalones mas es difícil recordar si uno se encuentra en un barrio de Jerusalén o en un barrio de Moscú. Las voces que suben por las escaleras son en ruso. La mayoría absoluta de los miembros del club de Boxeo de Jerusalén son inmigrantes de la otrora Unión Soviética. Entre el resto de los integrantes hay una minoría Palestina que vive en Jerusalén Oriental y convive con la mayoría judía en el club.

Las paredes amarillas del refugio están decoradas con cientos de fotos de boxeo, entre ellas una gran foto de Mohamad Ali controla todo lo que se hace en el refugio.

En el pequeño espacio del refugio todo es compacto. Las bolsas de arena se sacuden con los golpes dejando poco espacio para moverse.

La voz áspera de Gregory (hoy Gershon) Luxemburg, en hebreo pero con un fuerte acento ruso que retumba entre las paredes del recinto. Luxemburg inmigro desde Uzbekistán con 28 años y 5 títulos de campeón de boxeo, y desde su llegada a Israel se dedica al boxeo. Gershon dirige el club con pasión y rigor. “¡Golpes! ¡Finish! ¡Victoria!” grita a sus pupilos mientras estos entrenan.

Si bien la brecha creada por años de conflicto ha crecido, algunos puentes de convivencia logran sobrevivir, muchas veces impulsados por personas que apostaban todo a una solución pacifica. Cabe marcar que los integrantes del Club de Boxeo no participan de las actividades buscando una coexistencia ideológica, a ellos los une el amor al deporte.

Durante estos últimos años las actividades de la asociación de Box no se vieron interrumpidas a pesar de la violencia que enfrenta a israelíes y palestinos.