“Me gusta que el material cuente su historia. Que se pueda seguir el rastro que deja la mano y el trabajo sobre el hierro, las marcas del martillo que lo curvaron, los cordones y salpicaduras de la soldadura, dejando que el color de la pieza lo den los rojos, negros y ocres de su óxido. No haciendo más que dejar que el hierro sea lo que es”. (NM)