Alicia Salvatore

Yo viví en la chacra toda la vida, siempre en Melilla. Antes tenía un taller de confección de ropas, pero en un momento cambié mis actividades y me dediqué al vivero. En el año ‘45 cuando nací acá en Melilla éramos cuatro hermanas, y todas quedaron por la zona dedicadas a las respectivas chacras. Cuando tuve mis hijos y eran chicos, y no podía tener actividades afuera porque tenía que llevarlos al colegio y criarlos, me permitía trabajar adentro de casa en la confección de ropa. Siempre trabajé. Y después cuando ellos tuvieron sus cosas, cada uno su actividad, dispuse mi tiempo para el vivero.

Con el vivero empecé en el año ‘98. Empecé de a poco, hice el curso del botánico y ahora estoy con una de mis hijas que es escribana pero ha dejado un poco esa tarea, porque le ha entusiasmado más el tema de plantas, es más desestresante que estar luchando con los papeles. Hemos estado en unas cuantas exposiciones y ventas de plantas. Tenemos mucha venta a paisajistas, chicas que hacen jardines, diseños. Es la venta más grande que tenemos. Y si no también le vendemos a viveros de Carrasco y Maldonado. Lo que trabajamos más es venta al por mayor. Ahora se trabaja mucho por mail. Hay veces que ni conocemos a los clientes.

Yo que estaba viviendo en la tierra algo con la tierra tenía que hacer. Para aprovechar donde estás viviendo y trabajar donde estás viviendo. Y nos gustó siempre el trabajo con la tierra. De chica también ayudábamos a mi padre en la cosecha de frutas. En la época de vacaciones, cuando no estudiaba, uno apoyaba a la familia también. Es lo que tiene la zona. El trabajo en el vivero es más esclavo que el de la quinta. En el vivero tenés la siembra, tenés que regar todos los días en verano, cuidarlo todos los días. Es una cosa de tarea continua. Pero al que le gusta lo hace con ganas. En la vida no hay nada fácil. Si querés salir adelante tenés que dedicarle.

Camino Melilla 10076. 15 de junio de 2006.