Martín Bellenda

Yo no soy nacido acá. Yo nací en el Prado. Y viví ahí hasta los 20 años más o menos. Esta granja es de mi familia desde antes de que yo naciera. Acá el primero que vino fue un tatarabuelo mío en 1900 más o menos. Después, cuando tenía 17 o 18 años, un amigo de la familia se recibió de agrónomo y empezó a plantar frutilla. Entonces yo salía del liceo al mediodía y me venía con él. Estuve trabajando con él desde los 17 hasta los 22 por ahí, que ahí fue cuando vine a vivir acá.

Esto es muy sacrificado. Mucha gente joven, si nació en esto y no le gusta, a poca distancia tiene la ciudad con otras posibilidades. La gran mayoría de la gente joven de acá que conocía se ha ido. Hubo momentos en que yo también me fui a trabajar a otro lado, y me doy cuenta que en esos casos trabajé por la plata y acá trabajo porque me gusta. Es lo que le gusta a uno. Igual no deja de ser cansador, diez horas por ejemplo trabajando todos los días. Hay mucha tecnología para que el trabajo no sea tan pesado. Pero esa tecnología es muy cara y en predios chicos no es rentable tenerla.

Nosotros tenemos un grupo de productores jóvenes, que no es muy numeroso. Entre la zona de Melilla, Rincón del Cerro y Paso de la Arena, somos doce o trece. Hace como cinco años que nos estamos juntando y lo que hemos logrado es hacer las compras de insumos entre todos. Así terminás consiguiendo un mejor precio, lográs conseguir un crédito más largo, negociás mejor. Ahora, para comprar máquina ya es más difícil.

El hecho de vender acá es uno de los principales problemas. Muchas veces ha pasado, y sigue pasando hoy, que se han tapado zanjas con la producción, como se dice vulgarmente. Porque hay momentos en los que mucha gente se tira a plantar lo mismo. A mi me pasó de estar vendiendo papas con un costo de cuatro pesos a tres, durante dos años. Acá es mucho más tranquilo que en la ciudad, pero te tiene que gustar. Yo por ejemplo tengo amigos que les hablás de irse a vivir a esta tranquilidad y todo muy lindo. Vienen un día a comer un asado, divino. Si tienen que venir a vivir, se mueren, porque no tienen el cine a dos cuadras. Prácticamente hay días enteros que estas acá en la vuelta y no salís. Ta, te tiene que gustar esto.

Los Naranjos 1450. 8 de diciembre de 2008