Durante el verano de 1889, antes de que se creara el Parque Urbano, una calesita y una rueda gigante fueron instaladas en la arena de la Playa Ramírez junto a las instalaciones balnearias. Esos dos juegos mecánicos fueron el germen de una actividad que todavía constituye uno de los atractivos del parque.
En los primeros tiempos, éste ofreció solamente diversiones de tracción a sangre -paseos en poney, botes de remos-, ya que los juegos mecánicos continuaron instalados en la playa, fuera de su perímetro. Una excepción temprana a esta norma fue la inauguración del Ferrocarril Liliputense el 6 de enero de 1904, en las proximidades del actual Patio Andaluz. Se trataba de un juego destinado a los niños cuyo funcionamiento no alteraría la placidez del parque.
Hacia 1912, al extenderse la Rambla de Ramírez hasta las Canteras, los juegos mecánicos abandonaron la playa y fueron incorporados al parque al ser instalados en las tierras entonces recién adquiridas para su ampliación.
Alicia Torres/FARQ