Espacio de conflicto

El teatro sucede en nuestras vidas de la manera más visceral posible: en tiempo presente. Después queda el recuerdo embriagador de lo que fue vivir las escenas concebidas en aquel espectáculo, el espacio, la historia y el conflicto que sucede en el escenario y permanece en la memoria.

Un arte que existe en el tiempo que urge, en la emoción contenida en la representación, efímera en su modestia, sin alarde en los medios con sus reproducciones exageradas de la sociedad de consumo. Eso es el teatro, la expresión de la ficción en tiempo real.

La fotografía de un espectáculo lidia con algo muy sutil, muestra un instante que ya no existe, y al mismo tiempo, lo preserva. En este
umbral, entre el abismo del movimiento y lo que de el queda registrado, notamos la fuerza de la sensibilidad de quien nos muestra aquello que ya fue con la misma frescura de la acción concebida. Eso no se da apenas por el color, la luz y la sombra, y mucho menos, por el registro documental. Eso requiere captar la esencia de los temores de Dionisio, vividos con intensidad, guiados por sus discípulos: los actores.

Esa delicada fuerza de exposición, detalle esencial en una revelación íntima a través de los personajes, precisa ser comprendida por  la fotografía. Son códigos urbanos mezclados con lo primitivo, las apariciones escénicas en diversas formas y estilos, idiosincrasias de lo humano reveladas en la escena. Fernanda Chemale tiene esa percepción aguda y sus fotos son como almas gemelas del conflicto escénico, otorgándole un respeto merecido en las diversas corrientes del teatro.


Gisela Rodriguez
Escritora, Directora y Actriz